Dos milenials emprendiendo en plena crisis ¿Qué puede salir mal?
- Julieta Ots
- 27 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 nov 2020
Somos hermanas, estudiantes universitarias y nuestras propias jefas. No fuimos específicamente muy oportunas con el timing, lanzamos nuestro emprendimiento durante la explosión del Covid-19 en Argentina. En el momento más estricto del aislamiento social y con el mayor índice de desempleo en el país. Así que si nos preguntás que podría llegar a salir mal, ya te contextualizamos un poco, al parecer teníamos todas las de perder.
La verdad de la milanesa es que la crisis no fue solo la pandemia en sí misma. Nuestras vidas entraron en un paréntesis y el ritmo disminuyó, entonces la cabeza se aceleró ¿te pasó algo así? Ante la inmovilidad de la vida, por decirlo de alguna manera, nuestras mentes iban a la velocidad de la luz. Y ahí es cuando la crisis se volvió real, profunda y personal. Nos preguntamos si seguir con la facu, reevaluamos nuestros trabajos del momento y revisamos nuestros deseos, pasiones y anhelos.
La crisis
Siempre percibimos las crisis como algo negativo, con una connotación fuertemente dolorosa. Acá es donde irían las metáforas del renacer del fénix o la transformación de la mariposa, hermosas por cierto, pero vayamos a lo concreto. Qué bajoneras son las crisis al principio, duelen, incomodan y desestabilizan. Literal: el mundo patas arriba, por eso no es de extrañar que nos generen resistencia. Nos ponemos a la defensiva porque el cambio, cuando es radical y hondo puede ser doloroso e incierto.
Y sin embargo la metáfora del fénix o de la mariposa sí aplican, porque la transformación nos generó ansiedad y la paniqueamos a full, pero el balance al final del día fue y sigue siendo positivo.
Cuando nos detenemos a pensar, vislumbramos el porqué del emprendimiento y su contexto: crisis exterior más crisis interior dieron como resultado el mood “ya fue todo”, “me arriesgo total…”, “al no ya lo tenemos”. Y, sinceramente, qué suerte que llegamos a ese estado del ser, porque valió la pena respirar hondo y saltar. No lo vamos a negar, hacerlo de a dos fue un impulso positivo.
Call me the Jefa
Posicionarte como la jefa implica derribar prejuicios, voces negativas y el tan famoso y flamante autoboicot. Implica derrumbar el miedo al fracaso, a la pérdida económica, a que “no guste lo que hacemos”. Así que te vamos a decir algo, quizás ya lo sepás, quizás no, para dar el salto al vacío necesitás empezar en donde estás, organizarte y hacer una cosa a la vez. Se trata de conocerte y realizar una introspección genuina, qué podés ofrecer y por qué vos sos la mejor opción. Necesitás creértela un poco, tener amor propio, del saludable, y confiar en vos misma.
Parece imposible, son un montón de cosas que tienen que funcionar en equilibrio y al mismo tiempo, pero te aseguramos que cuando hagas el ejercicio de pensar quién sos y la razón para lanzarte (y no pienses que la plata es el móvil, porque no lo es, esa es una consecuencia, así que andá más adentro y sincérate), no te para nadie, nena, porque te encontrás con vos misma y ves la vida con la debida perspectiva.
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